Un lugar este rastro londinense, donde todos los que hemos visitado la ciudad, nos hemos terminado perdiendo en un paseo genial y disfrutando de sus puestos su ambiente. Has logrado un pedazo de esa realidad que por allí se muestra y lo has hecho con un buen encuadre en el que lo abigarrado no impide disfrutar de la vista y permite sin embargo apreciar esos objetos que alguien decidió un día poner a la venta o tirar a algún contenedor. Un acierto de toma. Un abrazo
Llama la atención como, pese a la variedad y disparidad de cosas, el orden no falta. El blanco y negro le sienta de lujo
ResponderEliminarUn lugar este rastro londinense, donde todos los que hemos visitado la ciudad, nos hemos terminado perdiendo en un paseo genial y disfrutando de sus puestos su ambiente. Has logrado un pedazo de esa realidad que por allí se muestra y lo has hecho con un buen encuadre en el que lo abigarrado no impide disfrutar de la vista y permite sin embargo apreciar esos objetos que alguien decidió un día poner a la venta o tirar a algún contenedor. Un acierto de toma. Un abrazo
ResponderEliminarTota una vida en un racó!
ResponderEliminarComplicado ordenar el desorden. Sin embargo, la vista me lleva a ese ventilador
ResponderEliminarUn desorden muy ordenado en este rincón de antigüedades. Bien vista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por vuestros comentarios. Los mercadillos de Londres son una fuente inacabable de fotos.
ResponderEliminarUn saludo.